lunes, 19 de septiembre de 2016

POR QUIEN DOBLAN LAS CAMPANAS

Poco a poco se van conociendo los datos de llegada de turistas a nuestro país este pasado verano. No hacía casi falta conocerlos salvo por aquello de confirmar si llegamos a nuevos records o no. El sector ya contaba con ellos, las previsiones lo adivinaban desde hacía meses. El turismo va muy bien y seguirá así casi con toda seguridad dos o tres años más.

El turismo sigue en su nube, en ese momento dulce, todo son datos positivos, no vemos nubarrones, de momento, en el horizonte. Salvando las distancias y las comparaciones me recuerda a la frase que pronunciaba el actor Sean Connery en la película “La caza del Octubre Rojo” cuando decía aquello de “navegamos hacia la historia”.

Hoy por hoy ningún sector en nuestro país está dando tantas buenas noticias como el turismo, y eso se nota cuando se abren los telediarios o los programas de radio, o los digitales con estas nuevas cifras de éxito para una industria que sigue su curso al margen de los vaivenes políticos que estamos viviendo en nuestro país, afortunadamente.

Y es que el turismo no es especialmente interesante, en general, para las distintas administraciones más allá de poder atribuirse la buena marcha de esta industria. Creo que es un error pensar que la acción que se pueda hacer desde una administración, la que sea y del ámbito que sea, es el único elemento que favorece o consigue el objetivo buscado, como a veces se escucha de algunos responsables políticos.

A lo largo de mi carrera profesional muchas veces me han preguntado, tanto en el ámbito público como en el privado, sobre este particular. ¿el éxito en este o aquel mercado turístico depende de las acciones que uno pueda tomar en un momento? Mi respuesta ha sido siempre la misma, no. La marcha, la buena marcha del turismo no depende solo de tocar una tecla de un imaginario piano, es el conjunto de muchas teclas que hacen la melodía del éxito y donde nadie es imprescindible pero todos somos necesarios.

El sector turístico siempre ha sido el hermano pobre a la hora de los presupuestos publicos, no hacen falta recursos, no hace falta inversión pública, no hace falta nada… funciona solo y muy bien que lo hace por cierto. Pero esto que es en mi opinión verdad, no deja de estar cojo si las normativas o la legislación no va acorde con los momentos, o si quien tiene que invertir en los espacios públicos para colaborar en el empuje del sector no lo hace, por ejemplo. Por eso llegado a estas alturas del año, cuando entramos en el periodo de los presupuestos de las administraciones públicas es cuando se tienen que retratar y darle al turismo un poquito de amor verdadero para que siga siendo la locomotora que es  en nuestro país y en muchas comunidades autónomas. Vaya por delante que no tengo muchas esperanzas de que asi sea, pero por decirlo que no quede y la esperanza es lo último que se pierde.

Puede parecer que hoy me he levantado muy negativo, cosa que no es cierta, pero a veces la realidad es tozuda y no te deja margen a la improvisación. En honor a la verdad, ni todo es tan negro ni todo tiene que ser tan blanco. Siempre encuentras en este o aquel sitio, en este o aquel puesto, gente muy involucrada que empuja como el que más con los medios que tiene a su disposición.

El turismo no depende de uno solo factor, depende de las acciones de todos, y la acción de uno es importante en tanto en cuanto se suma a la de otros muchos.

“La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti”. John Donne.


@RicardoFPA

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